miércoles, 13 de junio de 2012

te cansas de llevar tu vida sin alguien al lado que te abrace cuando ya no puedes mas.


Nací sabiendo que nunca sería importante para la humanidad, es más, tenia conciencia de que para dejar huella en este mundo tenía que ser alguien que de verdad mereciera la pena y que por lo menos aportaría algo a los demás. Crecí siendo el muchacho que quería ser, con su bicicleta de los veranos y sus playeras rotas al llegar a casa después de un partido de fútbol en el pueblo. Y años después mis primeros Levi's, sabía que con ellos iba a ser la sensación entre las nenas. Lo fui, claro que lo fui. Fueron mis dos años locos, pitis a diario, tequilas domingueros, resacas y un par de bonitos besos por cada discoteca. Si, era un bala perdida, no sabía que hacer con mi vida ni si quiera tenia idea que quería hacer la vida conmigo pero tenía 16 años, ¿Que esperabas? ¿Acaso iba a estar preocupado de lo que los demás pensaran de mi? Estaba claro que no. Pero entonces me la encontré allí, la vi y ya la quise. Al principio, y tengo que reconocerlo, era una chica difícil. Si no se la típica que se hacía la dura. Esa chica que ves todos los días por el pasillo con sus Ray Van pero nunca te planteas la posibilidad de que sea la persona que quieres. Y entonces todo paso demasiado deprisa, me beso, la bese, nos besamos. La quise, me quiso, nos quisimos. La verdad es que lo que sentía por ella no era querer, era querer de verdad, de esa forma en la cual darías tu vida por la otra persona. Solo tenia 17 años pero eso no era un escusa para no quererla. Me sentía afortunado si es cierto, aquello no fue un vodka de una noche, fueron los "buenos días mi vida" durante meses, aquello no fueron unas risas cada mañana si no besar su cuello cada noche. Yo la quise y la quiero. Pero poco a poco la perdí, y se fue. Años sin verla, sin olerla, sin saber si quiera si estaba viva o no. Y entonces yo me estaba convirtiendo en el cincuentón que veía los partidos de su equipo solo, es más soledad me acompañaba en cada gol. Soñaba cada noche con abrazarla y sentir que nuestro latidos iban al compás. Estaba solo, muy solo. Todavía me pregunto como pude sobrevivir a tales penas, como pude quererla tanto, porque quererla fue una bonita e innovadora forma de auto destruirme. Y ¿sabes lo peor de todo? Que aun así tenía la esperanza de que llegara y apareciera otra vez diciendo: "Peter, te necesito" Hace poco menos de un mes llovía en esa maldita ciudad que tanto me ahoga y la vi. Bueno en realidad no me fije que era ella pero la invite a tomar un café. Y ahora estoy aquí. En el cielo o donde quiera que vayan la gente que ya se fue de la vida. Si, he muerto. Pero antes de eso oí ese te necesito que tanto necesitaba. Y palpe esos labios que tanto quería. Porque la quise y no de cualquier forma, la quise de verdad y la quiero.

jueves, 7 de junio de 2012

sonries, por distracción, porque es mejor eso que tener que estar pendiente de tus problemas.


Aprendes entonces que a pesar de sentirte muerta tienes que aparentar ahí fuera que tienes ganas de comerte el mundo, tienes que hacer que tus problemas se reduzcan y entonces como que la cosa no va contigo, sonreír. Porque en ocasiones es mucho mejor sonreír que explicar el motivo de tu malestar, porque en ocasiones esto que aparentas ser es una simple fachada que en realidad te duele cada día más. Hoy sonrío, porque creo que es la única manera de mostrar que puedo estar bien.

lunes, 4 de junio de 2012

levantar la cabeza, sonreír y luchar, solo por el simple hecho de querer seguir.



Sigo en el mismo sitio que llevo estando hace meses, estoy justo a un paso del maldito abismo. Miro hacía abajo y allí esta todo negro y la verdad es que si me lanzo tampoco sería muy distinto a como lo veo todo aquí, completamente negro. Y ahora recuerdo cuando me miraste a los ojos y me dijiste "te quiero" y yo me levante y te di un abrazo y te dije "te quiero ¿vale" y entonces se me dibuja la cara esa de estúpida cuando recuerdas algo tan bonito como ese instante. A lo mejor, y mira que digo a lo mejor, me tiro por este precipicio en el cual se que perderé todo eso que llevo construyendo años porque llevo demasiado tiempo llevando mi vida a duras penas, llorando cada poco y sufriendo durante una franja de tiempo demasiado amplia. Me tiro al abismo porque llevo cayéndome por mi maldito camino miles de veces como para ahora hacerlo otra vez, me tiro al abismo porque he luchado demasiado por lo que de verdad quería y quiero como para ahora volver a las andadas de meterme en la cama y romper a llorar. Me tiro al vacío porque he tenido que soportar mil obstáculos y estoy igual de perdida que al principio y tengo la cabeza igual de mal ubicada que siempre. Así que yo me voy. Adiós mundo, gracias por ser tan justo conmigo, nótese la ironía.

sábado, 2 de junio de 2012

cabeza bien alta y orgullo en mano, dispuestos a ganar la batalla.


Sí, la verdad es que esto empieza a doler mucho. Se carga de forma tan fuerte sobre mis hombros que casi no puedo ni con el peso. Se apalanca de tal forma sobre mi vida que por suerte o por desgracia nunca lo podre sacar de ella. Y todavía sigo buscando la razón de esta maldita lucha, todavía sigo buscando el porque de levantarme cada mañana sin ganas de hacerlo y todavía, por muy patético que suene, me sigo engañando a mi misma creyendo que estoy bien. Pienso que esta mierda de lucha solo ha servido para merecer tanto y tener tan poco. Porque ¿Sabes? Una se cansa de estar por y para todos y no tener a nadie por y para ella. Porque estos ojos están atolondrados de derramar tal cantidad de lágrimas y estas piernas se encuentran tan cansadas que a veces hacen que me caiga más veces de las que debería. Y es que una se cansa de hablar y terminar llorando una vez si y otra también.