jueves, 24 de noviembre de 2011

bebamos el futuro.


 Con el roce de su mano sentí como una pequeña brisa que invadía toda mi cara en frente del lugar en el cual te podías relajar dentro de aquella ciudad un tanto estresante. Puede que aquel día no era el mejor dia para desconectar, es mas ese día no me apetecía hacerlo pero si era con ella, cualquier cosa seria perfecta. Detrás de nosotros dos, una historia tanto de lagrimas como de sonrisas y felicidad, y allí volvíamos otra vez después de cada discusión a reflexionar, siempre juntos y con la certeza en la cabeza de que terminaríamos pidiéndonos perdón y dándonos uno de esos besos que tanto me gustan, ¿y si esa vez era diferente?
-¿No piensas decir nada?
-¿Que quieres que te diga?
-Pues por ejemplo lo siento.
-Pues lo siento. Mira, sí, lo siento por sentir y por pensar cosas que ojala nunca pensará ni sintiese, lo siento por no ser la chica que supero tus expectativas de futuro porque yo para tí nunca fui perfecta ¿algún día lo seré? pues puede, pero ese día ya no estaré contigo, para verte cada mañana con el pelo alborotado cuando te levantas y tampoco te observaré mientras haces esas tortitas tan ricas que comemos cada mañana con un poco de nata por encima, de esa que siempre se te olvidaba poner. Lo siento por ser yo con la que se supone que has desperdiciados tanto el tiempo, pero si te soy sincera para mi han sido los mejores minutos, horas y días de toda mi vida porque solo con un sonrisa que salia de tu boca yo era la chica más feliz de la ciudad de Nueva York. Lo siento también por ser la mujer con la que se supone que ibas a envejecer, y con la que soñaste tener los niños que corretearían por nuestro salón. Y como para olvidar la cantidad de veces que me has acompañado de compras, y la otra cantidad de veces que te enfadas conmigo porque no me decidía que vestido me quedaba mejor, el negro o el rojo, y entonces tu siempre me decías que los dos estaban echos para mí y que simplemente estaba perfecta,y entonces me tiraba a tus brazos y te besaba como si fuera el último beso de nuestra existencia- Empezó a llorar, y una tras otra sus lágrimas me hacía sentirme cada vez peor persona- ¿Sabes lo que más pena me da todo? Que aun así te quiero, aunque tu por mí no sientas absolutamente nada- Se dio la vuelta y se fue, llorando. Corrí hacía ella como un loco y la besé. 
-¿Que haces? 
-Besarte ¿no lo ves?
-No quiero más besos tuyos, quiero olvidarme de tí, no quiero que aparezcas más en mi cabeza porque me has echo demasiado daño como para volver a la andadas de quererte aun más. No me lo merezco, no te quiero ¿si? Pero ten en tu cabeza esto siempre: "que cuanto más te diga que te odie, más amor sentiré por tí"- Y la volví a besar. Esta vez no la soltaré, no volveré a ser el estúpido que un día la dejo marchar-Te odio...-Y derramó su última lágrima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario