martes, 18 de diciembre de 2012

heaven is a place on earth with you.


Que a veces me gusta mirar París por la ventana, me gusta ver la Torre Eiffel y como los enamorados se acurrucan en el césped de sus pies, que a veces observo Troya, y un día me dijeron que iba a arder, que a veces ilustro los lunes en cada palabra o en cada resoplo de desesperación, que a veces, pero muy de cuando en cuando, te pienso y me olvido. Y me pierdo en mis adentros, en todas las venas furiosas que tan fuertes se creen y hacen que yo me lo crea también, que consiga ser ese David del que tanto hablan pero, en el fondo, solo soy el gigante Goliat derrotado y abatido una vez más. Entrego mis armas al mundo, a quien las necesite de verdad y las pueda aprovechar, entrego, pues, mis dones, mis sonrisas y lágrimas a alguien que las reparta de forma más proporcional, porque yo, si, yo, hoy me entrego, hoy reconozco todos mi errores, que son demasiados, rectifico solo aquellos que son posibles rectificar, pido perdón por arañar corazones y parecer tan insufrible, lloro por mis miles de sacrificios y rió por mis hazañas. Porque me pierdo entre tanto vaivén, entre todas tus miradas y todas las canciones de Pereza que nos quedan por compartir, y todos los cigarrillos y vodkas que tendremos que vivir. Que a veces me gusta mirar Madrid y ver la Gran Vía en pleno trajín, a veces te busco y ya ni se donde mirar. Pero es que a veces sigo tomando mi bolígrafo y descubriendo quien soy en realidad.

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